martes, 2 de diciembre de 2008

Vaivén

Antes de anoche tuve un encuentro más que interesante. Fue acá en mi casa.

Fue raro ver a otra mujer que no sea Cata en mi cama.

Ya sin histerias, ni tensiones, después de haber copulado como hienas en celo, apoyado sobre el respaldo de la cama, viré mi cabeza hacia mi izquierda y choqué mi mirada con la de Florencia. Ella me miraba fijamente, sin decir palabra. Miraba serenamente, como tratando de entender este enigma de sadismo, sufrimiento y sensibilidad en el que me he convertido.La miré y fue imposible evitar..mis ojos se empezaron a humedecer, era cada vez más fuerte y ya no pude más. Mis lágrimas empezaron a brotar como la lava de un volcán. Lloraba en silencio. Ella inmutable, ahorrándome palabras, solo observando.

Volví a sentir paz. Recordé que hasta hace un año yo conocía ese sentimiento. Me puse feliz por no haberlo perdido. Fue lo mejor que me pasó en mucho tiempo. Fue el mejor reencuentro.


26-06-02

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